Con espíritu creativo siempre joven, el Premio Nacional de Artes Plásticas, Alfredo Sosabravo, dialogó hoy en esta capital con intelectuales y miembros de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
El pintor cubano dio señas de sus primeras inclinaciones por la música, rememoró anécdotas sobre los años académicos y abordó múltiples saberes compartidos con maestros de las artes visuales de la isla como Antonia Eiriz y Acosta León.
Admirador manifiesto del pintor Wifredo Lam, Sosabravo significó que el artista de origen humilde y mulato, nacido en Sagua La Grande, marcó su vocación por su obra ejemplar, reconocida en el circuito del arte europeo.
Resaltó, además, su aprendizaje y dominio de técnicas tan disimiles y complejas como la litografía, el grabado, la cerámica o el trabajo con cristales de Murano, que avalan su talento expuesto en talleres de Francia, Polonia, e Italia.
Para mí, Cuba es lo más importante, represento a mi país en cada lugar del mundo donde exhibo mi arte. Agradezco a la Revolución por sentirme un artista realizado, expresó el Maestro de Juventudes, condición otorgada por la Asociación Hermanos Saíz, que lidera la vanguardia artística en la isla.
A sus 90 años, el artista se mantiene activo y prepara una gran exposición en la estación cultural de la calle Línea, prevista en marzo del 2021, que incluirá su producción de obras a gran escala.
Sosabravo acumula una vasta obra que lo sitúa entre las figuras vivas más prolíficas de las artes visuales en Cuba, cuyo estilo marcó el surgimiento de una escuela para futuras generaciones.
Sus creaciones distinguen espacios insignes como el mural del 71 ubicado en el Hotel Habana Libre, el Taller Experimental de Gráfica de la Plaza de Catedral y el Museo Nacional de Bellas Artes.
Durante el encuentro, el presidente de la Uneac, Luis Morlote le confirió un reconocimiento especial a nombre de los intelectuales, artistas, trabajadores de la cultura.
Fuente: Prensa Latina
