Por: Maya Quiroga
Han pasado 60 años desde que en 1961 un grupo de cineastas y trabajadores del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) respondieron al llamado del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz de llevar a toda Cuba la luz de la verdad.
En saludo a la efeméride se inauguró la sala polivalente Héctor García Mesa, en la antigua sede de la Cinemateca de Cuba.
El crítico de cine Luciano Castillo se refirió al legado de García Mesa (1931-1990), fundador del Icaic y primer director de la Cinemateca desde que se creó, en 1960, hasta su deceso, cuando se consagraba a la organización del Congreso de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF).
Una de sus primeras iniciativas fue llevar el arte cinematográfico a los lugares más distantes y fomentar el cine móvil, recordó Luciano, director de la Cinemateca.
Acerca de su predecesor, dijo que se consagró al rescate y difusión del patrimonio cinematográfico de la nación, a tal punto que la Cinemateca fue reconocida como miembro oficial de la FIAF en 1962.
La convirtió en un museo itinerante «que no limitó sus funciones a un público elitista habanero, sino que las extendió a todas las capitales provinciales y otras ciudades del país.
«Esta sala polivalente que inauguramos hoy con su nombre rinde tributo a la memoria de alguien que desde este espacio desplegó una intensa actividad de la cual somos deudores».
Luciano culminó así sus palabras de elogio: «Corresponde a Héctor García Mesa la pertenencia, junto a Alfredo Guevara y Julio García Espinosa, a la estirpe de los fundadores y, como ellos, al decir de Bertolt Brecht, a la de esos batalladores perpetuos e imprescindibles».
Eslinda Núñez, Premio Nacional de Cine, junto a Luciano y Dolores Calviño, vicedirectora de la Cinemateca, develaron una tarja en memoria de García Mesa.
La Premio Nacional de Cine Eslinda Núñez y Dolores Calviño, vicedirectora de la Cinemateca de Cuba, luego de develar una tarja en memoria de Héctor García Mesa / Foto de Maya Quiroga
Luego se proyectó la emisión número 82 del Noticiero Icaic Latinoamericano, en la que se recogen momentos trascendentales de la Campaña de Alfabetización.
A continuación, Ramón Samada Suárez, presidente del Icaic, felicitó a una veintena de trabajadores del Instituto, algunos ya jubilados, que integraron el primer ejército cubano de jóvenes maestros.
«El Icaic es parte de la historia de la Revolución, no solo por lo que ha filmado», sentenció Samada Suárez, y agradeció a esos hombres y mujeres que alfabetizaron, trabajaron y construyeron una industria.
A manera de reconocimiento se les obsequió a los alfabetizadores un cartel serigráfico con obras emblemáticas del cine cubano.
En representación de los homenajeados intervino la documentalista Lizette Vila, directora del Proyecto Palomas, quien calificó el hecho de que los campesinos aprendieran a escribir su nombre, como uno de los derechos humanos más supremos, junto con el derecho a pensar y a saber. (Tomado de Juventid Rebelde)
