El Mayor, del realizador cubano Rigoberto López sobre la figura de Ignacio Agramonte luego de su estreno oficial comienza su periplo por el circuito de cines del país.
La cinta acerca al espectador a la vida y obra del héroe camagüeyano, quien devino pieza clave en las gestas independentistas cubanas por la liberación del colonialismo español en el siglo XIX, y ahora desde la gran pantalla vuelve a hacerse palpable, vívido y corpóreo.
Según la sinopsis, en el filme se narra la trayectoria de uno de los grandes jefes políticos y militares de la guerra independentista de Cuba, un gran estratega signado por su ejemplar conducta en el seguimiento de los principios éticos y morales.
Además, se puede ver al hombre enamorado de Amalia Simoni, con quien contrajo matrimonio el 1ro de agosto de 1868. La película, con guion de López Pego junto al dramaturgo Eugenio Hernández Espinosa, se adentra en peripecias que forjaron nuestra nacionalidad.
Físicamente no estuvieron en el cine de los grandes acontecimientos su director, quien lamentablemente falleció, ni sus protagonistas, los jóvenes y talentosos actores Claudia Tomas y Daniel Romero Pildaín quienes se encuentran en México cumpliendo compromisos laborales.
Ambos actores estuvieron unidos en el trabajo y ahora lo están en la vida, pues se enamoraron durante el rodaje y luego contrajeron matrimonio. Accedieron a conversar en exclusiva con el Periódico Cubarte sobre su experiencia en el filme, que al decir de muchos, toca el alma de los cubanos.
Romero Pildaín, encarna a Ignacio con notable hidalguía, tal vez uno de los mayores retos de su aún breve carrera actoral, aunque ya posee experiencia en el desempeño del séptimo arte como el José Martí adolescente de El Ojo del Canario, una de las últimas producciones de Fernando Pérez.
Otra de las revelaciones de esta cinta Claudia Tomas, quien encarnó a Amalia Simoni con una gran vitalidad de carácter y asumió hasta clases de música y canto.
Amalia por Claudia
“Llegué al personaje de Amalia a través de casting. Interpretarlo fue un regalo inmenso, siento que me hizo crecer como persona y como mujer.”, expresó la joven actriz quien valoro de enriquecedora la experiencia de ser dirigida por el fallecido cineasta, “Rigo confió mucho en nuestras propuestas y nos dio la libertad para crear y defender los personajes desde nuestra juventud y lo humano que pudiéramos aportarles. Fue muy generoso con nosotros.” añadió.
¿Consideras existe un antes y un después de este personaje?
Este personaje es decisivo en mi carrera, exigió mucho de mí, en la preparación, pues tuve que aumentar 10kg. Además, disfruté muchísimo las clases de canto y piano. Amalia fue una mujer de talla mayor; amante, amiga, madre, amorosa compañera. Me hizo crecer muchísimo como actriz y persona.
¿Cuál fue el mayor desafío al interpretarla y lo que más te marcó?
El mayor reto en la construcción de Amalia fue aprender a amar de verdad, aprender el arte de amar, algo que no conocía hasta ese momento. Esto fue lo que más me marcó de ella, abrió la puerta a lo que en esencia somos, más allá de todas las corazas que intentamos ponernos está simplemente el amor. Siempre debemos intentar actuar desde ahí, desde el amor.
¿Con qué expectativas llegas al estreno?
Al llegar al estreno del filme, aunque ya ha habido varias presentaciones, espero que el público la entienda, la sienta como suya.
¿La historia de amor entre Daniel y tu surgió durante el rodaje?
Nuestra historia de amor surgió como el mayor de los regalos que nos dejó la película, nuestras promesas a Ignacio y Amalia se convirtieron en promesas mutuas, más allá de los personajes nos encontramos como realmente somos y fue naciendo nuestro amor. El camino no fue fácil, pero creo que no fue azar. Me siento muy agradecida por esto.
Ignacio por Daniel
Además de homenajear a Rigoberto, el director, tras su fallecimiento, está el compromiso de honrar a una figura histórica de la talla de Agramonte, para lo cual estudié muchísimo. Tuve la dicha de recibir asesoría de varias personas con documentación muy valiosa, agregó, sin embargo, siempre entrañable será la guía certera de la historiadora camagüeyana Elda Cento, quien confío en mí, y vio en mí a Agramonte, aun cuando yo no me lo creía, ella influyó en la construcción de lo que llevé a la pantalla.
¿Qué significó Ignacio para Daniel?
Llegué al personaje al final, pues llevaban bastante tiempo haciendo casting. Para mí fue hermoso conocer sobre la vida de Agramonte. Un hombre muy polémico y tergiversado. En la escuela lo pasan por alto. O solo tocan puntos esenciales como la Asamblea de Guáimaro. Conocer que los mismos conflictos de aquella época, son los que hay ahora en la Cuba actual, fue revelador. Rodar en Camagüey fue lo que completaba la historia, la misma ciudad era quien revivía y daba encanto.
¿Cuánto aportó esta experiencia en tu formación y también trabajar con Rigoberto?
Diría que aportó mucho. Como artista y como ser humano. Rigo fue un cineasta muy respetado por mí, y trabajar con él llevaba mucho rigor. Fue un placer conocerlo y compartir experiencias.
Si habláramos de retos y desafíos…
El mayor desafió fue tratar de entender y hacer a Agramonte humano. Bajarlo del pedestal y poner a un hombre frente a situaciones totalmente humanas lejos de las que se nos cuentan en los libros de historia. Ver a un hombre apasionado con los derechos del individuo en su tiempo y tan previsor me atrapó. Hay mucho que aprender de Agramonte.
El director en una entrevista expreso que el filme era uno necesario, ¿compartes su afirmación?
Bueno, creo que sí que es una película necesaria para todos. Sobre todo, para las mismas personas que la hicieron. Que se estudie más sobre Agramonte y hacia donde estuvo dirigida su lucha. Para mí, fue a los derechos del hombre, a que todos pudiesen expresarse libres y democráticamente.
¿Qué te enseñó Ignacio?
Ignacio me ha enseñado a ir de frente a las cosas, a defender la verdad sin titubear. Es un ejemplo de claridad y lealtad.
Te vimos anteriormente como Martí, ¿Cómo ha sido esa especie de pacto con la historia?
Tratar de entender la vida de estos dos hombres ha sido una experiencia personal muy hermosa. Creo que cada cubano debe encontrar la suya, estudiándolos. Pensando por sí mismos, y no porque dicen otros. Ahí es donde uno conecta con sus raíces. (Tomado de Cubarte)
